Elaborado por: Javier Medrano Director y CEO de la agencia.

Santa Cruz: Puño y mano abierta al mismo tiempo



¿Qué hace hoy la política y sus políticos por Santa Cruz?  Nada. De hecho, si escarbamos un poco más y cuestionamos qué está haciendo la clase política por Santa Cruz, la respuesta será la misma: nada. Como departamento, el crecimiento económico se debe a sus empresarios, a sus industriales, a sus emprendedores, pequeños y medianos, a sus inversores -locales, nacionales e internacionales– y a sus trabajadores, que creen en su esfuerzo y talento. Como ciudad, a sus urbanistas, ingenieros, arquitectos. Pero a sus políticos, dirigentes, autoridades, sindicalistas, gremialistas de estos tiempos, sin duda alguna, no han hecho nada. 

Unos construyen, los otros destruyen. Unos se desgañitan peleándose entre ellos, intercambiando TikToks y videítos; en cambio, los otros, trabajan más de doce horas al día. Unos caminan, se trasladan como pueden a sus fuentes de trabajo en micros miserables, a través de calles y avenidas destrozadas, inundadas y embarradas. Deben mojar sus zapatos en charcos, pozos y exponerse a transitar sobre calzadas que no existen, donde no hay ni siquiera veredas. Los otros van en vagonetas con choferes, policías y aire acondicionado. Les esperan sus secretarias, sus edecanes y sus aduladores; agresivos y furiosos se enfrascan en dimes y diretes, peleándose cámaras y micrófonos. Todos pagados con nuestros impuestos. Son noticia por sus imposturas, los otros, en cambio, son anónimos por su olvido.

Seguramente a más de un político le dará urticaria. Sí es así, que se rasque. Pero por más que se desangre a punta de arañazos, la respuesta a la pregunta seguirá siendo la misma: nada. La política le debe muchísimo a los cruceños; los cruceños, en cambio, no le deben nada a los políticos.

Volquemos la pregunta: ¿Qué hace hoy Santa Cruz por sus políticos? Todo. Les da palestra. Les da discurso, les da votos, les da peso político, vigencia, oxígeno, comida, pega, sueldos. Les abre las puertas a una fama personal. Los cobija. Los arropa. Los aguanta. Hasta incluso los cría y, luego, como malandros, muerden la mano que les da de comer.

Otros son agradecidos por la oportunidad de crecer en sus negocios familiares y personales. Generan empleos, informales y formales. Si las condiciones fueran más favorables hacia el pequeño y mediano emprendedor, seguramente serían empleos más dignos, pero como hay que castigar a quienes prosperan, las fuentes laborales son de baja calidad; no obstante, insisten en prosperar, en abrir nuevas sucursales y crecer en medio de un descomunal caos urbano. Los buenos ciudadanos, por supuesto. Los otros, en cambio, manipulan y mienten para encumbrarse en el poder. Para entronarse en una silla y reclamar sueldos atractivos o buenos negociados, claro está.

Este contexto – necesario para entender esta Santa Cruz cosmopolita -, genera una interrogante difícil de contestar: qué es un cruceño de hoy; es decir, cómo se concibe a sí mismo, qué piensa, desea, anhela, sueña y teme. Cómo construye su visión cosmopolita en una ciudad enmarañada, desordenada, ruidosa y agresiva. Racista e inclusiva, al mismo tiempo. Educada y snob, pero chabacana y pueblerina todavía. De restaurante de franquicia a pollería de barrio. De zapatos de moda, de lunes a viernes, a chinelas los fines de semana.  ¿Cómo se conciben los jóvenes cruceños? Los que en las universidades e institutos se codean con compañeros potosinos, chuquisaqueños, orureños, paceños, cochabambinos, benianos, chapacos y pandinos. Entre ellos hay convivencia, tolerancia, amistad, enamoramiento. Entre los otros, en cambio, odio y revanchismo. Unos se abrazan en sus grupos de amistades; los otros, en cambio, abren brechas y provocan peleas. Unos viven y conviven en el departamento y ciudad más grande de Bolivia, los otros, obviamente, la reclaman sólo para ellos, egoístas y medrosos.

Santa Cruz tiene una versión muy propia de vivir la política y la economía frente a otros departamentos del país. Su particular (des)conexión con la política y la vida económica diaria de sus habitantes, la hacen muy particular, casi exótica. Cuando quieren, propios y extraños, por supuesto, en cada rotonda se paran y enfrentan a los abusivos, a los corruptos, a los tiranos y a los malagradecidos con esta tierra; pero al día siguiente, se dispersan y casi ni se reconocen en las esquinas de las calles. Se gritonean e insultan y luego hacen churrascos entre vecinos. Son puño y mano abierta al mismo tiempo.  

Su mayor desafío es reconocerse a sí misma como la mayor diversidad racial del país. De asumir, madura e inclusiva, la capacidad de sumar a propios y extraños en un crecimiento sin parangón en Bolivia. De trabajar sin miedos y taras, con objetivos comunes. De reclamar, agresivamente, a sus endeudadas y mediocres autoridades, planificaciones adecuadas, carreteras, avenidas, escuelas, hospitales, presupuestos, universidades competitivas, un censo técnico, oportuno y que nos permita crecer muchísimo más. Y, por supuesto, promover pensamiento crítico para fiscalizar colectivamente al político corrupto, incompetente, mediocre o payasesco con el voto castigo. Santa Cruz no debe nada, a Santa Cruz le deben todo.

Que tu lengua no atropelle a tu cerebro

Por otro lado, a mi juicio, también deberíamos comprender el valor del diálogo y sus silencios. No de estar “silenciado”, ojo. Lo aclaro para cualquier despistado. El silencio es una bendición, un bálsamo. Son muy escasos aquellos que saben cuándo hablar y cuándo callar; raros, pero muy raros, aquellos que saben usar los silencios, las pausas en una entrevista. Pareciera que son poquísimos los que se atienen a las reglas de cortesía necesarias para una buena conversación periodística – que en esencia es un diálogo, no un embate o un atropello -, en la cual hay una lid de silencios, pausas y palabra hablada.

Ver noticia »


Terroristas drogados, las nuevas tácticas de Hamas

En todas las guerras, desde siempre y desde que se tiene noticias, los soldados salían al campo de batalla, embebidos en alcohol o bajo alguna sustancia alucinógena. Había que cargar valor, fuerzas y mucho coraje para enfrentar a la muerte, mirarla a los ojos, para luego morir de manera honrosa. Y no como un cobarde que huye, despavorido, del filo de las lanzas.

Ver noticia »


El massismo argentino versus el masismo boliviano

La elección presidencial está muy lejos de terminar. Ahora la segunda batalla será este 19 de noviembre donde, esta vez, sólo será entre ellos dos y que se enfrascarán en una pelea durísima en el electorado argentino. Uno siendo parte activa de un gobierno mediocre e ineficiente y otro que jamás estuvo en cargo público y que promete volar por los aires a todo lo que tenga una relación directa o indirecta con el peronismo o, peor aún, algún vínculo con el kirchnerismo.

Ver noticia »


¿Debería ser obligatorio el debate presidencial?

Ningún acto de campaña, spot publicitario ni posteo en redes sociales reemplaza el juego de opiniones en un abierto intercambio de ideas. Ninguno. Nada hay más productivo que este encontronazo de candidatos. De lucha de fuerzas. De credibilidades. De firmezas o debilidades. Un debate es, de lejos, el mejor acto democrático que puede haber.

Ver noticia »


Pasión por la ignorancia: Cumbre plurinacional, bloqueo minero, paro cívico, cerco a Scz

Lo patético es que el Gobierno se ha tomado una caja de Ignorital. Acojonado de risa abraza, fervientemente, la pasión por ignorar el conflicto minero en la ciudad de La Paz, que la tiene bloqueada y sumida en caos; de la escasez de gasolina generado por sus propios esbirros monolíticos y descerebrados. El Gobierno, feliz y saltando en un campo de flores, minimiza los paros, aunque sean por 24 horas de otros departamentos como Trinidad, Tarija y Cochabamba reclamando un censo el 2023. Bailando, ha convocado a una cumbre “plurinacional” en Cochabamba para generar más conflicto y peleas sociales. Dividamos, confrontemos. Nosotros tenemos la verdad. Ellos no. Claro, nosotros tomamos Ignorital, ellos, en cambio, café negro.

Ver noticia »


Política, del arte de lo imposible, al arte de la torpeza

Por lo tanto, la democracia liberal, en sus ciclos de baja calidad y de altísimo progreso social e institucional, ha perdurado y ha regresado repetida y reiteradamente porque a las personas de diversas culturas no les gusta vivir bajo una dictadura o bajo un tiranillo de turno. Y esa es, por ejemplo, el principal valor y coraje del pueblo ucraniano para luchar cada día en defensa de su país de sus vecindarios, de sus tierras, frente a un ejército ruso obligado y desmoralizado.

Ver noticia »


Un gobierno disociado y dislocado de los bolivianos

Embutidos en su burbuja de Plaza Murillo, los administradores del poder sólo ven enemigos, golpistas, imperialistas y una sarta de imbecilidades que sólo les sirve para mantener una narrativa desgastada, hueca, absurda, desfasada y dislocada de la realidad. Mientras que la incertidumbre respecto del futuro de la economía, la inseguridad laboral, los cambios permanentes de la seguridad jurídica para atraer inversiones o de los permanentes ataques al sector privado – generador de economía por excelencia – el Gobierno mira su ombligo y avanza con reformas discrecionales que solamente importan a algunos de sus correligionarios y se aleja, peligrosamente, de una sociedad que ya le está pasando factura.

Ver noticia »


El otro conflicto moral en Ucrania: el periodismo de guerra

Una tarde infernal en Sudán – en África, allá por 1993 – el fotógrafo sudafricano Kevin Carter, apuntó su lente en un niño famélico, agonizante, en medio de un basural, enroscado y con la cabeza enorme y pesada casi besando el suelo, entregado a la muerte. Cerca del niño, de apenas tres años, alzaba sus alas amenazantes un buitre, esperando la oportunidad para clavar la estocada final. El fotógrafo esperó y graficó la escena. Aquella tragedia capturada, tiempo después, le significó ganar un premio Pulitzer. El niño murió, no por el buitre sino por otras enfermedades meses después. El debate se abrió sobre el código de ética del periodismo y del camarógrafo por no auxiliar al niño. Fue fustigado, condenado y ya harto por tanta presión, se suicidó.

Ver noticia »